Presidente de CCPIP expuso ante el BID los diferentes proyectos que viene impulsando para promover los negocios originarios en el Perú

Presidente de CCPIP expuso ante el BID los diferentes proyectos que viene impulsando para promover los negocios originarios en el Perú
  • El presidente de la Cámara de Comercio de los Pueblos Indígenas del Perú, Shuar Velásquez, presentó, el pasado 03 de agosto, en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington DC, USA, los diferentes proyectos que viene impulsando para promover la economía indígena en nuestro país.

Ante una sala con presencia de más de 10 representantes de gobiernos de América latina y el Caribe, el presidente de la Cámara de Comercio Indígena del Perú, Shuar Velásquez, originario de los pueblos wampís y awajún, expuso los diferentes proyectos que viene trabajando con las comunidades indígenas de la Amazonía Peruana. Los proyectos expuestos fueron el proyecto del Sello del Buen Vivir, el proyecto de creación del sistema financiero indígena, llamado el “Banco Indígena”, la Escuela de Negocios Indígenas, así como los diferentes casos de éxito con las comunidades que en la actualidad se pueden ver en el mercado. El panel, dirigido por Tatiana Schor, Jefa de la Unidad Amazónica del BID, estuvo integrado por Vanda Ortega, lideresa huitoto y activista por la defensa de los derechos indígenas de Brasil, Alzira Nogueira, lideresa afro amazónica de Amapá, también de Brasil, y por Sanderson Oliveira, profesor de lingüística de la Universidad Federal de Amazonas y formó parte del “Diálogo Regional de Política 2022: dinámicas, desafíos y oportunidades de los indígenas urbanos en la región de Latinoamérica y el Caribe”, organizado por el propio BID.

El evento sirvió para presentar el rol institucional que viene cumpliendo la Cámara de Comercio Indígena del Perú y comenzó con la exposición de los orígenes de la organización, el cual se remonta el año 2012, tres años después del fatídico hecho del denominado “Baguazo” que enlutó a indígenas y policías y puso en jaque al segundo gobierno de Alan García. Para el presidente de la CCPIP, el “Baguazo” fue el punto de partida para un nuevo rumbo de los pueblos indígenas en el Perú: este rumbo era la necesidad de dar respuesta a las nuevas preguntas del Siglo XXI, las cuales están relacionados también a la necesidad de generar oportunidades económicas, más allá de las cuestiones políticas- reivindicativas.

En palabras del presidente: “los últimos 40 años, las organizaciones indígenas tradicionales vienen promoviendo iniciativas de carácter políticas con resultados visibles que hoy benefician a nuestros pueblos. Sin embargo, habían dejado de lado el tema de la economía, que también está amparado en el Convenio 169 de la OIT. Esta omisión se debió básicamente por un tema de sus objetivos institucionales, pero también porque la economía no es algo propio de la especialidad de los dirigentes. Tiene mucho que ver, en esto, el contexto histórico. La necesidad de generar actividades comerciales que le den valor a los recursos de la biodiversidad para obtener ingresos monetarios es un
fenómeno relativamente reciente. Viendo este vacío se comenzó a trabajar para fundar una organización nacional que, además de defender los derechos económicos, impulse los negocios y la economía indígena con visión nacional. La Cámara de Comercio Indígena es el resultado de ese trabajo que tuvo su origen el año 2012 y que actualmente agrupa a 33 emprendimientos de 08 regiones de la Amazonía Peruana”.

El presidente explicó, así mismo: “que la economía y la política son como los dos brazos y los dos pies del cuerpo humano. Si bien es cierto que están separados, están unidos en el fondo en un mismo cuerpo orgánico. Ese cuerpo es la sociedad indígena, la nación indígena y su visión integral: es uno, y el otro, pero uno, en esencia. Lo que había sucedido es que nos habíamos olvidado de uno de los pies, y de uno de los brazos, pero también, de la importancia de su distinción, elemento esencial para no caer en la confusión y en las dictaduras”. Resaltó, así mismo, que por ello:
“es crucial que las organizaciones políticas indígenas y las organizaciones económicas indígenas trabajen juntos, pero con respeto para afrontar los desafíos del presente siglo”. De mismo modo, compartió con el público los diferentes proyectos que viene trabajando en los últimos años. Uno de ellos fue el proyecto del Sello del Buen Vivir. Este proyecto tiene por objetivo lanzar al mercado nacional un sello comercial para productos provenientes de territorios indígenas: “resulta que de los territorios indígenas provienen recursos que son buenos para la salud, buenos para la naturaleza, y buenos para el consumidor. Pero no tenemos una voz en el mercado. La necesidad de esa voz es el Sello del Buen Vivir: la materialización de nuestra cosmovisión que en la práctica busca reconocer a los productos que impulsen la conservación productiva de la biodiversidad, el trato equitativo entre el productor
indígena y el comprador y la promoción de la cultura tradicional en un mundo cada vez más cambiante”.

Otro proyecto que compartió el presidente fue la iniciativa del sistema financiero indígena llamado el “Banco Indígena”. Este proyecto pretende crear un sistema de microcréditos para pueblos indígenas que combine la economía indígena con la economía occidental, pero desde la óptica de las finanzas: “según el Censo del 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática-INEI, en el Perú existen cerca de 300 mil indígenas amazónicos. En cada hogar indígena, en promedio, hay 08 personas, entre padres e hijos. Los próximos 10 años, ya no seremos 300 mil, sino que, posiblemente, estaremos superando el millón de habitantes. Si nuestras comunidades, que ya colindan con el mercado, no tienen acceso a un sistema de microcréditos que, entendiendo su idiosincrasia les permite
crecer económicamente, seremos los próximos “parias” del sistema. El proyecto del Banco Indígena busca anticiparse a los hechos para atender las nuevas demandas de nuestras comunidades, por intermedio
de nuestros emprendedores, y crecer como pueblos, pero de manera sostenible”.

Otra iniciativa compartida fue la creación de la Escuela de Negocios Indígenas, como brazo académico de los negocios indígenas en el Perú. Esta iniciativa, que viene siendo promovida hace casi seis (6) años en la CCPIP, tiene por objetivo ser un espacio de formación de futuros directivos y empresarios originarios: “la propuesta de la creación de la Escuela de Negocios Indígenas no es resultado de una casualidad sino de la necesidad creciente de impulsar las actividades económicas. Sin embargo, además de no conocer mucho los temas propios de la economía, no contamos con cuadros preparados, de nivel ni especialistas que acompañen los diferentes procesos de desarrollo económico de nuestras comunidades. La institución que proponemos será el espacio para abordar estos temas y crear una nueva forma de dialogar con el mundo y transmitir conocimientos y prácticas que
necesitamos nosotros y el resto de las personas”.