Discurso de apertura en el segundo día de la I rueda de negocios con productos de la Biodiversidad entre emprendimientos indígenas y sector privado peruano e internacional

Discurso de apertura en el segundo día de la I rueda de negocios con productos de la Biodiversidad entre emprendimientos indígenas y sector privado peruano e internacional

Sr. Embajador del Reino Unido Gavin Cook y su cuerpo técnico

Srs. emprendedores y emprendedoras indígenas

Srs. y sras. de la cooperación nacional e internacional

Srs. funcionarios del Estado y representantes del sector privado peruano e internacional

¡Tengan ustedes muy buenos días!

Para mí y de todos los que formamos parte de la Cámara de Comercio de los Pueblos Indígenas del Perú la realización de esta “I Rueda de Negocios con Productos de la Biodiversidad entre Emprendimientos Indígenas y el Sector Privado Peruano e Internacional” es la personificación de uno de los objetivos macros que comenzó hace 12 años.

Recuerdo, no de muy buena manera, cómo el 2012, posterior a los hechos fatídicos del “Baguazo” que enlutaron a varias familias de indígenas y policías se me cruzaban en la mente varias preguntas sobre el futuro de los pueblos indígenas, la Amazonía y el país. Entonces yo estudiaba filosofía y ese fue el origen de un proyecto que hoy podemos ver: la Cámara de Comercio de los Pueblos Indígenas del Perú. La Cámara es el testimonio de la necesidad de dar respuestas a las nuevas preguntas del Siglo XXI, las cuales no solo están relacionadas a los temas político-reivindicativos, sino también a los temas económicos y a la necesidad del desarrollo sostenible de los pueblos indígenas.

Efectivamente, desde el 2012, año en que comenzamos a gestar este proyecto, han pasado muchas cosas. Uno de los aspectos que hemos vivido es, por ejemplo, la incomprensión. La incomprensión, acaso interesada, de cierto sector de la intelectualidad, “experta” o “erudita” en temas indígenas. La propuesta de que las comunidades podemos también organizarnos y hacerles frente a las necesidades materiales, sobre la base de los recursos que nos provee nuestro territorio, era algo impensable para varios sociológicos y antropólogos acostumbrados a etiquetar a los pueblos indígenas. A pesar de sus críticas y resquemores, que a su vez contagian a nuestros dirigentes y organizaciones políticas más representativas, hemos continuado trabajando en silencio. Esto no ha sido así por un asunto de capricho, sino porque era y es una necesidad histórica de nuestras comunidades el hecho de impulsar el tema del crecimiento económico. Es que no es posible vivir solamente de la protesta, sino también de la propuesta.

Si esto pasaba al interior de los pueblos indígenas, la realidad con los diferentes programas del Estado y la cooperación internacional no era diferente. En varias ocasiones, mi persona ha batallado para hacer entender que la conservación de los bosques no tiene sentido si aquello no tiene por eje el desarrollo de las personas que milenariamente han habitado la Amazonía. Aunque depende esto de qué objetivos se persigue, no es primero el árbol y segundo la persona, si no, primero la persona y luego el árbol y también su co-dependencia (nuestra co-dependencia).

Hoy, felizmente, gracias a nuestro trabajo de evangelización interna y externa, podemos hablar de conceptos como la “conservación productiva” de la biodiversidad o el desarrollo con componente de “economía indígena”, entre otros temas. La realidad es que los pueblos originarios también somos personas, y las personas tenemos también necesidades económicas y esto solo es posible satisfacer generando una actividad sostenible que, preservando productivamente los bosques y empoderándonos como pueblos podamos dar respuestas a las necesidades de empleo y el acceso a mejores oportunidades.

Algunos proyectos que hemos venido desarrollando en la CCPIP

Mencionaré solo algunos de los proyectos que hemos venido impulsando en los últimos años. Desde que nació la Cámara de Comercio de los Pueblos Indígenas del Perú no solo estamos promoviendo emprendimientos indígenas, sino también venimos viendo cómo crear estrategias para ayudar más y mejor a nuestros emprendimientos y asociados.

Es así que el 2017 desarrollamos el Primer Programa Nacional de Formación en Empresas para Pueblos Indígenas, en alianza con el Ministerio de Producción. Este programa formó a 89 emprendedores indígenas: hombres y mujeres que más allá de la consulta previa lo que les interesaba era cómo “parar la olla”, es decir, cómo ganar dinero sobre la base de sus potencialidades y el entorno que los rodea (artesanas, mujeres dedicadas a la conservación de bosques, a las castañas, al cacao, etc.).

El 2017 también creamos el “Grupo Impulsor de Bionegocios Amazónicos”, con el soporte técnico del Ministerio del Ambiente, a través de la Dirección Nacional de Diversidad Biológica. Este espacio fue creado para promover los Bionegocios en el Perú, algo que por entonces era un tema bastante nuevo. Aquí, en gran parte, tiene su origen la marca “Bio” sabor aguaje y sabor camu camu del Grupo AJE que hoy el consumidor consciente puede tener entre sus manos.

Para ayudar a nuestros asociados no indígenas, el 2019 creamos el Diploma de Empresa Aliada de los Pueblos Indígenas. Este diploma es un reconocimiento a todas aquellas empresas y organizaciones privadas que se unen a la Cámara y que comparten la filosofía de desarrollo de los pueblos indígenas. Esta filosofía se resume básicamente en lo que nosotros llamamos las cuatro “erres” de la Indigeneidad global:

1) La responsabilidad,

2) La redistribución,

3) La relación, y

4) la reciprocidad.

Valores indígenas compartidos aquí y en la china y que son los pilares de la Cámara de Comercio de los Pueblos Indígenas del Perú.

Proyectos actuales que me gustaría mencionar y para lo cual necesitamos seguir sumando esfuerzos 

Cuatro proyectos actuales nos tienen concentrados en este momento, y para los cuales pedimos el soporte y el acompañamiento de los aliados.

El primero de ellos es que, próximamente, los pueblos indígenas queremos contar con nuestro propio sello comercial para productos provenientes de nuestros territorios. Este proyecto es la creación del “Sello del Buen Vivir”. Gracias al gobierno del Reino Unido, a través del programa UK PACK, donde hemos participado en alianza con AIDER, hemos podido desarrollar tres talleres para socializar los estándares para la creación de dicho sello, con resultados extraordinarios. Esos talleres se han llevado a cabo en Loreto, Ucayali y Madre de Dios. Sin embargo, necesitamos construir más y mejor esta propuesta, para lo cual la fase de lanzamiento y posicionamiento aún está por desarrollarse. Así mismo, no es suficiente posicionar el producto en nuestro país, sino que también es necesario internacionalizar.

La aspiración del sello será también un medio para filtrar y promover empresas responsables que, respetando el medio ambiente, impulsen actividades económicas en la Amazonía con equidad comercial con las comunidades, además de respetar la cultura tradicional.

El segundo proyecto es la creación de un sistema financiero intercultural llamado el “Banco Indígena”. Este proyecto pretende crear un sistema de microcréditos para pueblos indígenas que combine la economía indígena con la economía occidental, pero desde la óptica de las finanzas. Según el Censo del 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática-INEI, en el Perú existen cerca de 300.000 indígenas amazónicos. En cada hogar indígena, en promedio, hay 8 personas, entre padres e hijos. Los próximos 10 años, ya no seremos 300.000, sino que, posiblemente, estaremos superando el millón de habitantes. Si nuestras comunidades, que ya colindan con el mercado, no tienen acceso a un sistema de microcréditos que, entendiendo su idiosincrasia, les permite crecer económicamente, seremos los próximos ‘parias’ del sistema. El proyecto del Banco Indígena busca anticiparse a los hechos para atender las nuevas demandas de nuestras comunidades, por intermedio de nuestros emprendedores, y crecer como pueblos, de manera sostenible.

Otra iniciativa es la creación de la Escuela de Negocios Indígenas como brazo académico de los negocios indígenas en el Perú. Esta iniciativa tiene por objetivo impulsar un espacio de formación académica para futuros directivos y empresarios originarios. Cómo nos gustaría que las mejores escuelas de negocios del mundo aprendan del conocimiento milenario de nuestras comunidades para así ayudar a crear nuevas formas de relacionarnos con el medio ambiente en un contexto de crisis climática global. Los criterios espirituales e intelectuales más profundos podrían ser los principales baluartes para afrontar juntos el problema actual que a todos nos embarga.

Recientemente hemos comenzado a trabajar también en los proyectos agroforestales del huito y la guayusa. Dos productos de la biodiversidad, con demandas en el mercado y que requieren ser desarrolladas para generar una economía activa en las comunidades y el consumidor.

Rueda de negocios

Volviendo a los inicios de mi intervención, para ir cerrando, esta primera rueda de negocios es algo único en la historia de nuestro país, ya que es, por primera vez, en que los indígenas, de la mano de una entidad internacional, estamos liderando un evento para hacer e intercambiar experiencias de negocios. Si bien existen actividades como la Expoamazónica u otros de similar tenor, estos no son liderados por los propios indígenas. He aquí la particularidad y la importancia de esta rueda.

Esperamos, y eso les hemos hecho saber al equipo de la Embajada, que esta no sea la única y última vez en que se desarrolle este evento. Ojalá esta actividad se pueda consolidar y posicionar como la actividad más grande de los indígenas en temas de negocios en el Perú. Nosotros confiamos que así será. Esperamos seguir teniendo las siguientes versiones los próximos años, con más actores y aliados.

Finalmente, además de reiterar nuestro agradecimiento a la Embajada del Reino Unido, a través de su Embajador, a Luna y a Gaby Rivera, quiero agradecer a todas las instituciones que se han sumado a este evento, sin los cuales hubiera sido difícil desarrollar con éxito esta actividad. Especialmente quiero dar las gracias al Grupo AJE, a PROFONANPE, a PetroTal, a Conservación Internacional-CI; al Ministerio de Relaciones Exteriores, a AIDER, y a las demás instituciones.

Por su puesto, al equipo técnico de la Cámara de Comercio Indígena, que sin recibir mucho a cambio ha dado y viene dando lo mejor de ellos por el bien de los pueblos indígenas, la Amazonía y los peruanos.

¡Sée Kuashat!

¡Muchas gracias!